El aura

El aura, el thriller de la simulación en la desdicha

Protagonizado por Ricardo Darín es una joya dirigida por Fabián Bielinsky, ese cineasta argentino que iba por más 

Por Humberto Sánchez Amaya

Esteban Espinosa se encarga de darle vida a lo que ya no tiene. Es un maestro de la apariencia, del detalle que simula, de la mirada que no ausculta sino que es parte de un decorado. 

Es un taxidermista en sus cincuenta, ya en las primeras escenas se ve la pesadumbre por lo que no ha sido. Pareciera ir en automático, aunque su mente va más allá. Como un bólido, imagina escenarios en los que sale triunfante, momentos pensados milimétricamente en los que toma el dinero que no es suyo, fantasías por ser un malhechor que se ve como un vengador por lo que no le ha correspondido.

Ricardo Darín interpreta a este triste hombre en El aura (2005), el segundo y último largometraje de Fabián Bielinsky, ese cineasta argentino que merece más reconocimiento, un hacedor que halló en el cine la manera de contar historias de desdichados de una manera sublime y magistral. Nueve reinas (2000) fue su debut por todo lo alto. 

El aura

Un creador de mundos y personajes que no tiene nada que envidiarle a los más célebres de la industria. Lastimosamente su muerte prematura paró ese caudal de ideas que quien sabe qué habría dejado hasta los momentos en la cinematografía.

En El aura, a Esteban Espinosa lo invitan a parajes lejanos de la ciudad. Un colega desafiante se lo lleva a cazar a un poblado que parece no tener alma, en el que como él, todo parece andar de acuerdo a lo más inmediato de la existencia, sin mayor trascendencia. 

Y es en el bosque donde ocurre el cambio que le da la oportunidad. Una muerte no planificada le abre la puerta a simular lo que no es. Asume así ser parte de un plan del que poco a poco va desentrañando sus propósitos hasta volverse pieza clave. Entonces, cómo las criaturas que hace parecer real en su oficio, simula ser un maleante dispuesto a tomar botines.

Pero en el proceso, conoce a una mujer que como él vive en la apariencia, pero atrapada en lo que no puede dejar. Ve en cierta forma una proyección de su existencia, y por momentos, la suma a su fantasía salvadora. Es su conexión con la honestidad que puede mantenerse al margen de todo desespero. Al final, tiene que elegir.

El aura

En El aura Fabián Bielinsky dio una clase magistral de cómo contar historias. Cada elemento frente a la cámara está justificado tanto en su carga simbólica como utilitaria. Nada está al azar. Es un artesano que sabe que su pieza es única.

Los personajes están hilados con la coherencia de quien entiende la tormenta de cada uno, en un contexto frío y desolado, como cada una de las almas de la historia.

El aura es una joya del cine que honra al thriller en todo su esplendor, un también drama humano de la decadencia en un mundo que no parece no prometer más, en el que la grandeza de la naturaleza es la señal a lo indómito de la vida de sus personajes, mientras los lugares bajo control, como casas y la ciudad remiten a la más agobiante asfixia.

El aura

Hay que añadir también la calidad del reparto, figuras como Dolores Fonzi, Alejandro Awada, Pablo Cedrón y Nahuel Pérez Biscayart, este último célebre recientemente por El jockey (2024).

Es verdad que en el tercer acto hay un acto desesperado en el guion. Fabian como guionista hace que su protagonista cometa un desliz difícil de creer, es una manera un tanto ingenua de justificar lo que vendrá en el clímax. Pero todo lo demás está tan estructurado con tanta pasión, que se puede hacer caso omiso a un hecho minúsculo.

El aura es una película de infelices que apuestan a la jugada maestra del crimen para salir del hoyo, pero en realidad, pareciera que incluso el supuesto éxito es tan solo una ilusión en unas vidas venidas a menos más allá de lo material. Como las luces que acompañan la historia, un mundo tenue en el que la sombra parece tener el control de todo.  

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