Me imagino que entre los premios para la próxima Miss Universo habrá un viaje a Guantánamo. Siempre me he preguntado que hace una miss, además de llorar y llorar, luego de obtener la corona. Esta semana se han empezado a aclarar mis dudas. La actual Miss Universo, la venezolana Dayana Mendoza, estuvo en la polémica base naval estadounidense hace unas semanas. No había que investigar mucho para conocer su experiencia en el lugar, pues tiene un blog en la página de la organización en el que escribe sobre sus días como «reina de la belleza». La prisión de Guántanamo le pareció un lugar «relajado, tranquilo y bonito». Toda una experiencia increíble y divertida que no quería dejar. Las declaraciones de la muchacha me han hecho entender lo equivocado que está Barack Obama al ordenar el cierre del centro de detención. He vivido bajo el engaño de los medios de comunicación que me han obsesionado con imágenes mentales de gente torturada. Eso es mentira. Una patraña más antiestadounidense de organizaciones izquierdistas resentidas. Nuestra miss estuvo ahí y asegura que los prisioneros «se divierten con películas, clases de arte, libros». Señores, es la mujer más hermosa del universo, no puede estar mintiendo. Fue tratada muy bien por los militares y estuvo en una linda playa, donde seguramente soldados y prisioneros comparten momentos muy felices. Lamentablemente sólo pude leer algunas citas de los escrito por Mendoza que fueron publicadas por medios que han convertido su relato en una polémica. El texto original fue eliminado de la página de Miss Universo. En su lugar, hay una explicación de la presidenta de la organización, que dice que Mendoza se refería a la hospitalidad de los soldados. Su viaje al lugar fue una idea de un grupo de apoyo para levantar la moral de los militares estadounidenses en varias partes del mundo.