La película 3 bellezas tiene imágenes poderosas. Una de ellas, la que corresponde al afiche promocional. En la escenas, las dos hermanas protagonistas del filme se toman de las manos mientras esperan el resultado del concurso de belleza en el que participan. En ese momento, una corta a la otra con un trozo de vidrio.
Hay partes macabras, especialmente los que protagoniza la madre, una mujer controladora y obsesionada por lograr sus sueños a través de sus hijas. No le importa enfrentarlas, que una sienta envidia por otra, la preferida, aquella a la que considera digna de ganar el mayor certamen del país. Intachable es la actuación de Diana Peñalver en el rol de mamá.
Son momentos de tensión, pero que se pierden cuando entran personajes innecesarios y diálogos inútiles. El personaje del vecino sobra: un hombre que desea a las jóvenes y logra su cometido con una inverosimilitud en lo absurdo.
La intención del largometraje de Carlos Caridad Montero es plausible. Así es la comedia, que buscar satirizar toda relación humana posible: la familia, el ambiente laboral, el matrimonio, la iglesia. Sin embargo, el cineasta termina divagando al tratar de resaltar su cometido. Radio Rochela lo llegó hacer -hasta que se lo permitieron- sin ser redundante, sin reiteras ideas. Ese es el problema, los excesos en el discurso desinflan la película.