El vigésimo quinto álbum del artista llegó dos días antes de su fallecimiento, convirtiéndose en su último regalo para los fans
Por : Elia Vanessa Moreno (@Elivanne)
Cuando el 11 de enero de 2016, el mundo despertó con la noticia de la muerte de David Bowie, apenas asimilábamos lo que sería uno de los lanzamientos más esperado del año. “Blackstar”, llegó al mercado como un regalo, para una industria que estaba sedienta de álbumnes que dejarán su marca en la historia.
Desde el comienzo, Bowie nos recibe con una atmósfera profética. Este disco representa su declaración al mundo de la dura batalla que libraba tras bastidores. Es la confesión de un genio que conocía su destino y quería despedirse, a su manera, llevando su arte a un nuevo nivel.
El sonido de Blackstar es moderno, sin que se pierda la esencia de Bowie. Esto no sorprende, pues si ha existido un artista que ha sabido reinventarse a lo largo de su carrera, sin dejar de lado, su naturaleza ha sido él. El saxo y la batería se convierte en protagonistas en muchas canciones, mientras que los beats le ponen una onda electrónica a un rock ya legendario de por si.
A lo largo, del disco, hay referencias veladas a su lucha contra la enfermedad que, lentamente y en silencio, le afectaba.“Sue The clinic called, The X ray Fine» (Sue llamaron de la clínica, los rayos x están bien) , en Sue (Or in a Season Crime) es un ejemplo de esto. Sin embargo, es “Lazarus”, quizás la mejor canción de este álbum, la que se convierte en su despedida, en su testamento musical.
Desde el video que la acompaña, en donde vemos a un Bowie enfermo y en la cama de un hospital, hasta la letra, se convierte en la declaración del hombre que debía enfrentar sus propios demonios. El inicio de la canción, se convierte en la cconfesión de su batalla secreta contra el cáncer.
Look up here, I’m in heaven
I’ve got scars that can’t be seen
I’ve got drama, can’t be stolen
(Mira aquí, estoy en el cielo, Tengo heridas que no pueden ser vistas, tengo un drama que no puede ser robado)
Quizás Blackstar, debe ser su epitafio y su lápida. Su forma de dejar su legado en el mundo y de decirnos, que su espíritu se eleva al Olimpo con los dioses de la música que no deben ser olvidados.
“Algo sucedió el día que él murió
El espíritu se elevó un metro y se hizo a un lado»
Sí, el 10 de enero el espírtu de Ziggy Stardust se elevó.