«Lo más importante es ser tú mismo, pero también me gusta mucho el peligro. Eso es lo que le falta a la música pop en la actualidad. No hay emoción ni misterio» Prince Roger Nelson (1958-2016)
Por : Elia Vanessa Moreno (@Elivanne)
El mundo de la música llora una vez más. Este año le ha golpeado duro. Ha perdido a sus hijos más queridos y se ha sentido abatida y abandonada. Uno de ellos, el más rebelde quizás, decidió hacer las cosas a su modo y partió, así como vivió, en la más completa reserva.
Su nombre era Prince y su apellido controversia. Con su metro cincuenta, supo establecer sus propias reglas en un género que suele imponerse hasta hacerte perder su identidad. Prince Roger Nelson, el genio de “Minneapolis”, vivió bajo sus propios estándares y el mundo se rindió ante él.
Prince fue la provocación hecha hombre. En 1996, cuando lanzó “Emancipation” era común verlo en sus apariciones públicas con la palabra «esclavo» escrita en su mejilla, en referencia a su batalla legal con su antigua disquera Warner, con quienes había firmado un contrato millonario superando a Madonna y a Michael Jackson.
Genio y figura hasta la sepultura, cuando se dice que vivió bajo sus propias reglas, no se exagera. Luego de su lucha de años contra su casa discográfica por obtener los derechos de sus canciones, el año pasado logró retirar toda su discografía de internet. Así que, si sus fanáticos (cómo la mayoría de los fans lo harían alrededor del mundo) deseaban homenajearlo y comprar sus álbumes en forma digital, no podrán encontrar ninguna de sus canciones en YouTube, Apple o Spotify, salvo alguna que otra en Tidal.
¿La razón? «Quien se encarga de organizar la música es solo un programa. Se trata de un un algoritmo y yo no quería ser parte de eso», dijo en una entrevista.
En un mundo en donde los artistas sueñan con la exposición pública, Prince hizo lo contrario y decidió borrar, hace dos años, sus perfiles oficiales en todas las redes sociales.
Su actuación en el Super Bowl de 2007 es considerada una de las mejores actuaciones de la historia del show. Allí, traje azul y guitarra lila en mano, interpretó una de sus canciones más icónicas ‘Purple Rain’, del disco homónimo publicado en 1984. La revista ‘Rolling Stones’ coloca este tema en el puesto 143 de las 500 mejores canciones de todos los tiempos.
El príncipe se ha ido. La música lo llora. Pero su legado vivirá por siempre, mientras vivamos el arte bajo nuestros propios términos y condiciones.