Texto de Humberto Sánchez Amaya (@HumbertoSanchez) publicado previamente en El Nacional
Jackson Gutiérrez cuenta una historia sencilla y directa de superación en su más reciente filme: la del jugador de baloncesto Juan Manaure, con quien el cineasta se identifica.
La trama de la película 4 esquinas , que se estrenó el viernes, se desarrolla en San Agustín, donde un chico conocido por su buen desempeño en la cancha deportiva vive entre el narcotráfico y la violencia. El crimen lo cerca cada vez más y es tentado a delinquir como forma de superación, de solucionar los problemas económicos.
Los filmes del realizador se han caracterizado por estar inspirados en hechos reales. En 2014, por ejemplo, estrenó Complot , basado en un grupo de secuestradores. En ese momento algunas personas llegaron a decirle que era su mejor producción. Pero él no cree que sea así. «Lo que pasa es que uno con el tiempo va aprendiendo, conoce más técnicas. Solo siento que di un paso más», declaró entonces Gutiérrez, conocido por ser uno de los exponentes del cine guerrilla en el país.
4 esquinas , sin embargo, da unos pasos atrás, a pesar de tener una historia que no solo sirve de inspiración, sino también como medio idóneo para ironizar sobre los discursos oficiales que se refieren a la pacificación de los barrios.
Gutiérrez atina con las palabras al evocar la realidad, pero falla al no justificar con imágenes la destreza deportiva del jugador, que se asume como tal solo por la introducción del largometraje.
Sin duda, el cineasta se nota más cómodo filmando sobre el barrio que sobre deporte, pues la película se debate entre una trama violenta de rencillas y el mensaje de superación, que no sabe conjugar de manera fructífera.
Una de las mejores escenas es cuando el ex jugador de Cocodrilos de Caracas se encuentra con un niño y le pregunta sobre sus metas en la vida. El pequeño responde que desea hacer cine y que su nombre es Jackson Gutiérrez.
El director conoce muy bien ese contexto. No es el cineasta que ve el barrio con ideas preconcebidas. Él lo ha padecido y disfrutado. Por eso, presenta con propiedad sus mañas, virtudes y desaciertos.
En ese ambiente, Gutiérrez no se vale de planes incongruentes para que el protagonista supere las dificultades de su entorno, sino más bien en esfuerzos individuales que redundan en el éxito ansiado.
Claro, en la película Manaure tiene incluso que valerse de maleantes para poder sobrevivir a quienes intentan frustrar su carrera. La policía es un ente lejano en las calles del deportista, el Estado está ausente y el discurso oficial es hueco.
El también guionista de la octava producción venezolana del año no es complaciente en ese sentido. «Esta idea surgió hace dos años. Juan me dijo una vez que le gustaría plasmar en televisión o cine lo que él vivió. Decidí hacerlo porque considero que vale la pena contarse. Sentí que había que mostrar una historia en la que los sueños son posibles», expresa el cineasta, quien también forma parte del elenco junto con Elba Escobar y Zhandra de Abreu.
Manaure es interpretado por Yonaiker Bustillos, Mascioli Zapata y el mismo basketbolista, que hace de sí mismo en los último minutos.