Texto de Humberto Sánchez Amaya (@HumbertoSanchez) publicado previamente en El Nacional
Gru sigue su vida como padre de familia y agente que combate a los villanos. Se ha regenerado. Ya no es un maleante con inimaginables objetivos como robar la Luna.
Junto con su esposa Lucy forma parte de la Liga Antivillanos. Mientras en el día combaten a los más furiosos y energúmenos malhechores, en la noche se dedican a criar a Margo, Edith e Agnes, las pequeñas que desde la primera entrega de esta saga convirtieron a Gru en otra persona.
Todo tiene el curso que ellos desean, pero hay un gran rival: Balthazar Bratt, un hombre que aún no supera el hecho de haber quedado en el olvido. Lamenta cada día la cancelación del popular programa infantil que protagonizó en los años ochenta, en el que interpretaba a un malvado niño que hacía sucumbir a la autoridad con sus fechorías. Desde entonces quiere vengarse de quienes lo trataron como una estrella y no les importó después hacerlo a un lado.
Se ha propuesto acabar con Hollywood y para lograrlo tiene un plan maestro. Antes, sin embargo, debe robar un gran diamante. Gru y Lucy hacen lo imposible por evitarlo, pero Balthazar Bratt hurta el preciado objeto. El villano se convierte así en el peor enemigo del otrora ladrón.
En este filme animado, dirigido por Pierre Coffin, Kyle Balda y Eric Guillon, es la contrafigura la que brinda en pantalla momentos hilarantes. Es un personaje desquiciado, que busca la revancha por todo lo que hicieron. En su cuartel, un gran cubo de Rubik, ha construido el mundo que desea, con todos los elementos que lo hacen sentir nuevamente en esa época en la que fue celebridad entre las masas. Los muñecos a escala con su imagen, afiches, música de Madonna, Michael Jackson y Olivia Newton-John, y siempre con el cabello lleno de laca hasta la saciedad, hombreras y movimientos de aerobics, mantiene un imaginario en el que es completamente feliz, un mundo en el que siente seguro y hace lo que le da la gana.
Además del público infantil, Universal Studios apunta a esa generación que creció o nació en los años ochenta. Se propone atraer a los padres de quienes ahora siguen esta serie que popularizó también a los minions, los ayudantes de Gru que en esta entrega no están muy conformes con la nueva vida de su jefe, dedicado abnegadamente a luchar por el bien de la humanidad.
Aunque el filme puede tener en buena parte una trama predecible, los realizadores dan un giro interesante con la aparición de un personaje que brindará al estudio seguramente la posibilidad de realizar otra película. Se trata del hermano gemelo de Gru, quien le cuenta al protagonista que forman parte de una familia de villanos, por lo que es menester de ellos mantener esa tradición. Es una figura estereotipada. Entusiasta, pero la torpeza de sus actos se puede prever y hace tediosa por momentos su aparición.
Por eso, la mayor atención recae en el desenlace del conflicto entre el ex villano y Balthazar Bratt.