Nota de prensa
Guayaba renueva su programación de julio con un espacio dedicado exclusivamente a la filmografía de los directores chilenos Carolina Adriazola y José Luis Sepúlveda: 5 películas irreverentes y provocadoras que invitan a cuestionarnos una nueva realidad.
Adriazola y Sepúlveda son una dupla de directores que nunca dejan a nadie indiferente. Se han abierto paso en el cine chileno y regional con un misticismo que se va escurriendo entre lo crudo, pero también creativo. Sus películas juegan con los delgados límites entre la ficción y el documental, dejando entrever la dificultad de representar o adentrarse en la realidad del otro, desde espacios populares de Chile después de la transición.
El recorrido comienza con El Pejesapo (2007), escrito y dirigido por José Luis Sepúlveda y producido por Carolina Adriazola. Un hombre se lanza a un río y sobrevive -sorprendentemente- cuando este lo escupe. Lo arroja de vuelta a un origen mítico en la periferia de Santiago, donde la ciudad modernizada se diluye en un entorno rural primitivo. Allí inicia su periplo de vuelta al centro de Santiago, sin encontrar mayores razones para cambiar su errante y fragmentado destino.

Con lenguaje poético, técnicas experimentales y la sencillez de un cine de cámara, mano y cabeza, El Pejesapo recuerda a Los olvidados (1950), de Luis Buñuel; El chacal de Nahueltoro (1969), de Miguel Littin. Se estrenó en el Festival de Valdivia (Chile) y fue parte también de los festivales de Locarno y Sanfic (Santiago de Chile). Tuvo una proyección paralela al Festival de Cannes.
Mitómana (2011) es la primera película que codirigieron Carolina Adriazola y José Luis Sepúlveda. Trata sobre una mujer obsesionada por la idea de ser actriz, llevando a su realidad muchos de los personajes que desearía interpretar, mientras se va dilucidando y observando los rastros del fracaso político social de Chile. Una película sin matices panfletarios centrada en la trágica desilusión de quién desea ser algo que no puede ser, mientras camina por calles embarradas, entre la basura, los ladridos, los disparos y la noche espesa.
La ópera prima de esta dupla chilena se estrenó en el Festival de Cine de Valdivia (Chile) y estuvo también en el Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (Bafici).
Crónica de un comité (2014) relata de una forma íntima, con amargas y risibles paradojas, la represión estatal y sus víctimas. Con el punto de vista en sus protagonistas, se puede ver la crónica de las actividades de una ONG comunitaria de derechos humanos que lucha por justicia ante el asesinato de un adolescente en la periferia de Santiago a manos de un policía. La cámara en mano, característica del cine de Adriazola y Sepúlveda, nos lleva a una mirada acompañante, aparentemente silente, que también cuestiona y desea hallar la verdad. Es un llamado a no olvidar las violaciones de derechos humanos y reivindicar a quiénes luchan por defender esos derechos.

Ha sido parte del Festival Internacional de Documentales de Santiago (Fidocs, Chile), el Festival Márgenes (España), el Festival de Documentales de Antofagasta (Antofadocs, Chile) y el Festival de Documentales de Chiloé (Chile), entre otros. En Fidocs ganó el premio al mejor largometraje nacional y fue galardonada en la competencia internacional de largometrajes de Antofadocs.
Il Siciliano (2017) suma también a Claudio Pizarro en la dirección para seguir jugando con la dualidad de la ficción y no ficción, así como la contradicción entre la máscara y el actor, la verdad y la mentira, recursos típicos del cine transgresor de Adriazola y Sepúlveda.
Se trata de un retrato performativo de Juan Carlos Avatte, empresario que se hizo famoso en la década de los ochenta en Chile, en plena dictadura de Augusto Pinochet, por las pelucas que fabricaba. Pelucas codiciadas por igual por artistas y personas de alcurnia, como por delincuentes, subversivos y cuerpos de seguridad.
Entre lo insospechado del rodaje y el show de Avatte, conocido como El Rey de las Pelucas, se deja entrever la desigualdad social a través del machismo, el clasismo y el racismo.
Se estrenó en el Festival Internacional de Documentales de Santiago, y ha participado en Antofadocs (Antofagasta) y los festivales de Chiloé y La Serena en Chile, y en el Festival de La Habana, entre otros. Ganó los premios al mejor largometraje nacional en Chiloé y al mejor largometraje documental nacional en La Serena.
Harley Queen (2019) es la quinta película de Adriazola y Sepúlveda. En esta ocasión, la dupla chilena nos muestra un retrato de Carolina Flores, una estríper que se presenta como villana del cómic e investigadora de fenómenos tipo Actividad paranormal, y cuyos roles de madre y emprendedora son sus papeles en la vida cotidiana, casi ignorando las hostilidades del mundo que la rodea.
Se les une al equipo, en la cámara, Ronnie Fuentes, director de otra película del catálogo de Guayaba: La muerte está en los catres. Fieles a su juego con lo contradictorio y lo incómodo de mirar crudas y desamparadas realidades, envuelven al espectador en el cuestionamiento de hasta qué punto algo o alguien se puede filmar.
Para poder disfrutar de esta selección, pueden suscribirse a Guayaba a través del portal http://www.guayaba.film. También pueden explorar el catálogo que mes a mes han ido nutriendo de películas para alquilar, con cine de ficción y documental de Argentina, Chile, Brasil, México, Venezuela, España, entre otros países.