Miss Marvel: una serie irregular salvada por su protagonista y una revelación final

Por Yenderson Parra

Después de su estreno en Disney+ el pasado 18 de junio y con un total de 6 episodios, Ms Marvel, el más reciente show de la famosa firma de cómics homónima llegó al final de su temporada debut. 

La serie que introduce al Universo Cinematográfico de Marvel a la joven superheroína, Kamala Khan, y que está superficialmente basada en su primera historia individual (Ms. Marvel de G. Willow Wilson) trae una propuesta un tanto diferente y algunas sorpresas, pero también deja mucho que desear.

Al igual que en los cómics del personaje, Kamala es una chica paquistaní estadounidense de religión musulmana que vive con su familia en Nueva Jersey. Se trata de una chica muy espontánea con un gran fanatismo por los superhéroes, especialmente por Carol Danvers (Capitan Marvel). Todo va normal en su vida adolescente, hasta que obtiene extraños poderes de un brazalete enviado por abuela que decide usar para completar un cosplay de Capitan Marvel.

Hasta este punto se trata de otra historia de origen superheroico, pero al igual que en los cómics Miss Marvel es un personaje que lleva de la mano la carga de ser una heroína con las condiciones y limitaciones de ser una adolescente musulmana en Estados Unidos. Ella no solo tiene que lidiar con los villanos, además se ve obligada a ir contra la corriente de las normas sociales y culturales que son propias de su familia y comunidad. 

Este juego de contrastes culturales y de conflictos juveniles se ven representados efectivamente en el primer capítulo de la serie, donde Kamala (interpretada eficazmente por Iman Vellani) debe compaginar su vida social y estudiantil con las tradiciones y normas familiares. Junto con una trama divertida y entretenida que se acerca más a las producciones de comedia de Disney Channel que a las vistas en Marvel, el episodio se vestía de un estilo particular y colorido con efectos visuales llamativos que iban desde ideas plasmadas por dibujos y recortes hasta grafitis en movimiento.

La serie parecía que tomaría un rumbo fresco, divertido y particular, pero fue una ilusión que terminó en su primer episodio. Si esta serie tenía algún potencial, fue desperdiciado mientras se desarrollaba su trama que dejó de carecer de chispa y volvió a la fórmula Marvel, pero no de buena manera. 

El primer punto negativo se relaciona con la falta de antagonistas que realmente causaran interés. Es cierto que Najma (Nimra Bucha) y los Djinn, así como el departamento de Control de Daños, toman hasta cierto grado este papel en la historia; no obstante, se sienten como personajes genéricos, sin peso real, y que de una forma un tanto absurda no terminan de ser rivales para los protagonistas.

Y esto da paso a otro punto importante: las actuaciones. En este apartado el gran foco de luz siempre estuvo sobre Iman Vellani con su papel protagónico, que dejó una grata sorpresa y logró cautivar con su carisma. No pasa igual con el resto del elenco, que dejó mucho que desear. Sus actuaciones no eran creíbles y en ocasiones se perciben exageradas. 

Pero, aun con la responsabilidad que recae en los intérpretes, también hay que ser justos al reconocer que el guion no ayudó en nada a que en muchas escenas las acciones y dinámicas de los personajes se vieran extrañas y forzadas.

Asimismo, si más atrás en este texto se habla bien de los recursos gráficos y visuales que se utilizaron en el primer capítulo, no se debe ignorar el CGI bastante lamentable. El tema de los problemas con los efectos visuales en Marvel ya es algo que está dejando mecha en internet (algo que inició tras el adelanto de She-Hulk), y Miss Marvel no se aleja de esta polémica. Al final la calidad del CGI no debería entorpecer el potencial de una historia, sin embargo, cuando se habla de Marvel ya se da por seguro que este apartado no tendrá fallas.

Por último, se tiene que mencionar que esta serie tiene dos de los capítulos más aburridos e innecesarios de todas las producciones del UCM que han llegado a Disney+. El capítulo cuatro y cinco son realmente difíciles de ver, porque están llenos de errores argumentales, secuencias absurdas y subtramas que finalmente no aportan demasiado a la trama.

Y aún con tantos despropósitos que posicionan a Miss Marvel en uno de los peldaños más bajos de la franquicia a la que pertenece, no todo está negativo. El capítulo final de la serie salva algo que parecía completamente perdido, escenas divertidas, mucha acción y el rescate de esa chispa visual que se había quedado en el primer episodio. Todo eso dio algo de aliento al desenlace. Pero, sobre todo, y de lo que más se habla, es aquí cuando se abren las puertas a la futura aparición de algunos de los personajes más esperados por los fanáticos con un breve diálogo final acompañado de un soundtrack revelador.

Es así como una protagonista carismática y una única revelación trascendental salvan una producción que no funcionaba por sí misma. Desabor que recuerda al reciente caso de Obi-Wan Kenobi, otra serie de esta plataforma de streaming que solo se mantuvo a flote por un par de elementos puntuales y no por la calidad del producto en general.

Tras este resultado agridulce nada más queda esperar ver lo que la casa de Mickey Mouse pretenderá ofrecer en las próximas historias que se acercan sobre su famoso universo de superhéroes.

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