Alex Musanostra acaba de estrenar su disco Unitaro. Comenta que fue un álbum que le costó, pero que le sirvió como cátedra. «Si bien es un disco solista, también es colectivo. Tiene mucha vida, mucha gente que pasó y aportó. Eso le sumó una capa de complejidad. Había mucha ambición».
Una obra que sale en un mundo posmoderno, en el que señala una velocidad como nunca antes. Ayer es tarde, por lo que hay que publicar un tema tras otro. Un patrón de consumo que no da tiempo para procesar todo lo que sale. «Tengo debilidad por las formas antiguas del arte».
Fue un camino de confianza, con el foco en mantenerse en la obra. Una conversación en la que se reflexiona sobre el constante anhelo por el pasado, así como sobre los procesos de trabajo, así no haya motivación. Hay más canciones compuestas para un próximo disco, con inquietudes bien expresadas en cada tema. Darle la vuelta al cubo de Rubik, ver cómo todo encaja.
Un músico atento a las historias, tanto propias como ajenas. Con la inspiración de los trovadores, pero con una aguda mirada hacia otras formas. «No se puede cantar a la ligera», subraya.