La conspiración de los pollos

La política latinoamericana ha estado marcada durante años por conspiraciones y los mitos que de ellas derivan. No es para menos, entre tantos golpes, contragolpes y masacres, tenía que quedar vestigios en nuestra idiosincrasia. Para los venezolanos, esta angustia se ha acrecentado durante los últimos años. No sabemos cuando vendrán los yankees y me imagino que los apartamentos en Vargas son más baratos porque son más vulnerables a un eventual ataque de la Cuarta Flota. Ni loco hay que mudarse para allá y menos aún hay que bajar un feriado a esas playas. Eso es carne de cañón segura.
Ahora los latinoamericanos tenemos otra preocupación para agregar a nuestra lista, una que es mucho más grave y peligrosa que amenaza hasta a los europeos. Aunque corro el riesgo de seguir la corriente sobre el tema al que me refiero, no puedo dejar de escribir sobre lo curioso y casi inadvertido que parecían ser los sospechosos de este futuro crimen contra la humanidad.
Aunque parecían indefensos y torpes, los pollos pueden acabar con la reproducción humana, pues aquellos que son criados en granjas con hormonas son culpables de la homosexualidad. Así lo advirtió el presidente Evo Morales. «El pollo que comemos está cargado de hormonas femeninas. Por eso, cuando los hombres comen esos pollos, tienen desviaciones en su ser como hombres».
No sólo eso, sino que también podemos quedar todos calvos. Así lo dijo en una conferencia ante centenares de personas. «De aquí a 50 años todo el mundo será calvo, tendremos una sociedad de calvos, por lo tanto no habrá peluqueros, tendremos desempleo. La calvicie, que parece normal, es una enfermedad en Europa, casi todos son calvos. Y es por las cosas que comen», afirmó en referencia a los transgénicos. Como es obvio, sus comentarios han provocado varios comentarios y reacciones. Organizaciones de gays y lesbianas han rechazado el tufo homofóbico del gobernante boliviano.
Sus palabras forman parte de una incongruencia en la que militan muchos de los que se hacen llamar de izquierda. Se supone que los que se etiquetan así deben defender los derechos de las minorías y exigir sus inserción en la sociedad sin ningún tipo de prejucios. Pero no es así.
Acá en Venezuela incluso la homosexualidad es motivo de burlas de personas que se cortan las venas para demostrar que su sangre es más roja que la del resto de los mortales. Por ejemplo, en La Hojilla, el conductor y sus invitados cuando no tienen más epítetos contra alguien simplemente insinúan que son gays o lesbianas. Para ellos eso es una burla, un motivo de risa, una grosería. Ellos son así, incongruentes, como naufrágos que tratan de no ahogarse con lo primero que encuentren flotando.

2 comentarios

  1. Será que Evito dijo eso para que el índice de Gays disminuyera y NADIE le robara a Huguito… o de verdad es tan animal como para creerse ese cuento de los transgénicos.Yo porsia, ni bajo a la Guaira ni como POLLO! jajajajaSaludos xD

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