Todo fue buena vibra durante el concierto de Gustavo Cerati en el campo de fútbol de la Universidad Simón Bolívar. La angustia comenzó después, con los rumores por las redes sociales que indicaban que el músico argentino se había desmayado después del show.
En la mañana de ayer Evenpro tuvo que informar que Cerati, de 50 años de edad, se sintió mal después del concierto. Se le subió la tensión por el estrés y agotamiento, por lo que fue llevado a un centro médico. Le hicieron análisis y le recomendaron reposo.
A pesar de la aclaratoria, algunos seguían diciendo que había sufrido un ACV y luego se confirmó que fue así. Lo aseguró el médico tratante.
Momentos antes de su malestar, Cerati demostró el sábado que en el mundo hay quienes tocan canciones y las cantan, pero también hay artistas, y él es uno. Sólo basta escuchar sus discos para establecer la hipótesis y luego ir a un concierto para comprobarlo.
Una de sus letras dice: “Sacar belleza de este caos es virtud”, y así lo hizo. Esa noche la poesía y la música fueron la única verdad. No era un buen día para salir. La lluvia del final de la tarde amenazaba con prolongarse, pero se contuvo. Tal vez fue una intervención del dios bipolar al que se refiere en “Fuerza Natural”, con la que arrancó el concierto.
Saludó al público y comenzó “Magia”. La gente disfrutaba, rodeada de pinos, neblina y una danza de insectos voladores. “Con todas estas luces se vienen todos esos bichos para acá. Tengo una langosta acá en el pelo”, bromeó sobre su imprevisto público invertebrado.
Las primeras siete canciones fueron del disco Fuerza Natural. Siguieron “Perdonar es divino”, de Bocanada, y “Uno entre mil”, de Ahí vamos.
Luego pidió que apagaran los celulares. “¡Basta humanos! Córtenla un ratito. No saben lo bien que se pone el planeta. Cuidado con los artefactos, sobre todo cuando nos gobiernan”, advirtió antes de cantar “Artefacto”, de Siempre es hoy.
Después volvió Fuerza Natural con “Rapto” “Dominó” y “Juegos de Neptuno”. Al finalizar, tomó una guitarra doble. “Mírenla y admírenla. Una maravilla. Y todo para tocar este tema”, fue la antesala a “Trátame suavemente”. Y es que por las venas de Cerati todavía corre soda.
La banda que trajo sonó impecable. Destacaron Richard Coleman con la guitarra y la corista con su voz, sus bailes y sus piernas, bendita complicidad de la minifalda.
Otras canciones fueron “A merced”, “Te llevo para que me lleves”, “La excepción”, “Crimen”, “Paseo Inmoral”. Cerró dos horas después con “Lago en el cielo”. Todos cantaron, saltaron y algunas parejas improvisaban danzas para después besarse y abrazarse.
Reseña hecha del concierto de Gustavo Cerati. A diferencia de la versión publicada en Primera Hora, esta tiene partes que que se tuvieron que cortar por la esclavitud del espacio. También menciona la confirmación de lo que le pasó al músico por parte del médico.