Er relajo der loro se estrena hoy. Emilio Lovera le da voz al pájaro protagonista
Un ave protagoniza la comedia Er relajo der loro, en la que el director John Petrizzelli cuenta lo sucedido en un período de la historia política y social de Venezuela a través de las vivencias del animal.
Emilio Lovera interpreta la voz del ave.
La historia comienza en 1953, cuando un grupo de indígenas captura al loro y otras criaturas de la selva para llevárselas a un traficante de animales estadounidense, que les paga una miseria por el encargo.
«Viven su tragedia y su gloria. Quería reflexionar sobre Venezuela. Tengo un profundo sentimiento por mi país y quería reflexionar sobre lo que había sido Venezuela en esos años. Contar la decadencia, los vicios y los defectos, pero también las virtudes de nuestras clases sociales. Desde el campesino, hasta la clase media ascendente que se corrompe y el mantuano decadente. Es una crítica social», dice Petrizzelli.
Sólo 40 años
El loro tiene 4 dueños en el filme, pero el cineasta desarrolla la mayor parte de la trama con los 2 primeros, poco más de 40 años.
Inicialmente lo tiene una pareja de la costa venezolana, que por la precariedad económica se muda a Caracas para buscar un trabajo que nunca consiguen y que termina viviendo en los incipientes barrios de la ciudad.
Cuando el hombre muere y la mujer es detenida, el loro queda a la deriva hasta que lo encuentra una familia adeca, en plena celebración por la caída de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. Lo llaman Democracia, lo colocan en una jaula más grande, le enseñan a cantar el himno del partido y se convierte en la atracción de las reuniones, cada vez más suntuosas por el ascenso del esposo en la política nacional.
Con los años el interés en el loro disminuye, al igual que comienza el declive de sus dueños por escándalos de corrupción. Está con ellos hasta finales de los noventa cuando el loro es vendido. Su tercer dueño es un homosexual que añora el pasado y el cuarto una antigua estrella de la música venezolana, encerrada en un asilo por triquiñuelas legales. En estas 2 últimas personas apenas hay un guiño a los 13 años más recientes de la historia venezolana.
«Escudriña en la época crítica de la cuarta República. Después no, porque se va a personajes más reflexivos de la identidad, como el mantuano decadente. Yo no quería entrar en la quinta porque es presente, y hay que esperar que sea pasado para criticar si es buena o mala», explica el realizador.
Petrizzelli cuenta que en cuatro meses realizó el guión. El rodaje fue de ocho semanas con una postproducción de casi un año. Tuvo el apoyo de la Plataforma del Cine y Medios Audiovisuales del Estado, de Pdvsa La Estancia, entre otras empresas e instituciones. Su próxima película será sobre Guaicaipuro en el año 2100, como héroe vengador.
Texto de @HumbertoSanchez