Juan Gabriel Vásquez: Me interesaba explorar la costumbre al miedo
Estuvo en julio de 2011 en el país para presentar la novela El ruido de las cosas al caer
El escritor Juan Gabriel Vásquez creció en una sociedad con miedo e incertidumbre, que a pesar de la angustia, se acostumbró al temor e inventaba distintas estrategias para seguir viviendo.
Eso fue uno de los aspectos que exploró con El ruido de las cosas al caer, el libro con el que ganó el Premio Alfaguara de Novela 2011, esa Bogotá convertida en el escenario de la guerra que Pablo Escobar Gaviria le declaró al Estado colombiano. “La frase que más se repetía en las familias bogotanas de esa época era ‘la vida tiene que seguir’”, recuerda.
La novela se desarrolla por los años setenta, cuando Richard Nixon declara la guerra contra las drogas y Colombia empieza a ser la principal fuente hacia ese país. Todo desde el punto de vista Antonio Yammara un profesor de Derecho que sin querer es víctima de un pasado que no le pertenecía. Su ansiedad por descubrir lo que ocurrió lo lleva a un pasado que desde la literatura cuenta lo que ocurrió. El autor mezcla ficción con hechos reales, incluso ligados a él, para contar “lo que no existe para la historia oficial”. “Durante esta gira que me ha obligado el premio me he dado cuenta que nuestros países comparten un mismo momento psicológico”. Se refiera que en México le cuentan que eso se viven en el norte del país. En Perú fue lo que pasó con Sendero. En Ecuador le dicen que en Guayaquil ahora hay sicarios y secuestros, y que en Venezuela ahora hay cosas parecidas. “Es un momento de mucha vulnerabilidad”, agrega.
Volver al origen
Vásquez nació en 1973, a los 23 años de edad se fue de Colombia, por razones que él califica como literarias, para ser el escritor que pretendía ser. Paradójicamente, ese país que dejó a un océano de por medio, es que el que lo ha motivado a escribir desde que publicó Los informantes en 2004. “Desde que aprendí eso, a meter un país como Colombia en literatura, no he salido de ahí”, dice. Cita a Rubén Darío, que en París escribió sobre Nicaragua.
Durante el boom, destaca que la mejor novela sobre Colombia se escribió en México, la de Perú en París, la de México en Londres. “Ha sido una tradición de irnos de nuestros países para aprender a escribir sobre ellos”, agrega.
Aunque no piensa que la literatura deba tener obligaciones, más allá de ser buena, sí considera que los momentos difíciles generan novelas. Actualmente espera por la gran obra sobre la incertidumbre económica mundial o de los ataques del 11 de septiembre de 2001. “Son un invento de los humanos para explorar las cosas que no entendemos”, dice sobre las novelas.
Texto de @HumbertoSanchez