Zapato 3 revivió la nostalgia de su público en Caracas

La presentación en la Universidad Metropolitana formó parte de la gira La última cruzada

 
Fueron varias las horas de espera pero los seguidores de Zapato 3 tuvieron paciencia el sábado en el CIEC de la Universidad Metropolitana.
Los músicos se montaron en la tarima a las 11:10 pm. Primero lo hicieron el tecladista Jaime Verdaguer y el baterista Diego Márquez; luego el bajista Fernando Batoni, el guitarrista Álvaro Segura y su hermano Carlos, el cantante.
«Prepárense, relájense», advirtió sobre el repertorio que tocarían esa noche, con canciones como «Ahora estoy sin ti», «Como un fantasma», «Maya». La euforia aumentó cuando se escucharon las notas de «Azul, azul», una canción libidinosa.
«Vuelo sobre ti y me complace», cantaba un padre mientras bailaba al lado de su hija, no mayor de 12 años de edad. La menor se unió al disfrute al cantar más adelante: «Dulce, dime palabras dulce. Dime palabras suaves, que me dijiste ayer». Era el comienzo del tema «Muriendo por ti».
Varias veces el sonido fue afectado por el feed back, especialmente cuando el cantante o el guitarrista se acercaban a los bordes de la tarima.

Falsa salida, y de vuelta 
Cuando terminó «Permanecer», Zapato 3 tuvo una falsa salida. «Chao, Caracas. Hasta la vista», dijo Segura. Cuando regresaron, lanzó al público franelas de la banda, que vendió su mercancía oficial en la entrada del lugar, incluidas pantaletas negras con el logo de la gira La última cruzada.
Los primeros temas de la vuelta fueron «No puedo despegar» y «Obstinado», que tocaron como lo hicieron para MTV en los años noventa. Otra canción que sonó diferente fue «Uñas asesinas», con un tempo más acelerado.
El cantante resumió los sentimientos de su vida en Estados Unidos cuando dijo: «La gente piensa que uno está afuera y está bien. El exilio es duro». Luego cantó «Hermana».
Al terminar, el sonido de los instrumentos apenas se percibía. El vocalista se dio cuenta, terminó el tema, y se fue para la parte de atrás. Lo mismo hicieron Batoni, Márquez y Verdaguer.
Álvaro Segura tocó las notas de «Amo las estrellas» que sería la próxima canción. Apenas se escuchó, la gente aplaudió y empezó a cantar la canción. Entre la oscuridad se vio a los demás hablando con los técnicos. Batoni salió. Con las manos pidió paciencia. Lo ovacionaron. Se sentó a fumar. Volvió Verdaguer, hizo una prueba y los teclados cobraron vida.

Tocaron la canción y le siguieron «Vampiro», «Entrada de bala» y «Uñas asesinas». «Las chicas se las ponen y nosotros se las quitamos. Hoy sábado en la noche es perfecto para eso», dijo el vocalista a la 1:17 am del domingo antes de «Pantaletas negras», con la que terminó el concierto.

Con poca suerte
Fueron tres las bandas que tocaron antes que Zapato 3 el sábado en la Universidad Metropolitana. Almas, Joan City y Levítico. La primera y la última fueron bien recibidas por el público, pero la cantante no tuvo la misma fortuna. Varias personas la abuchearon y pidieron que se fuera.

Texto de Humberto Sánchez Amaya publicado en Primera Hora el 30 de julio de 2012. Foto de Omar Veliz, de El Nacional.

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