Los Melancólicos Anónimos sacaron El segundo
Faltaban veinte minutos para que se terminara el año 2012 cuando la banda venezolana Los Melancólicos Anónimos publicó en la web el disco El segundo.
«La idea es que sea el último disco de 2012 o el primero de 2013», cuenta Daniel Esparza cantante de la agrupación, que en marzo del año pasado sacó Inscripciones abiertas, álbum de canciones como «El payaso de El Rodeo» y «Cuentos de hadas».
Explica que con el nuevo trabajo definieron aún más su sonido como grupo, pues con el primero respondían más a las influencias de lo que escuchaban en ese momento. «Definimos un tanto mejor el sonido de lo que hacemos y atendimos a otras influencias, como la circunstancia política, la económica, nuestras creencias», agrega.
País en letras
Para Melancólicos Anónimos el contexto es una premisa. Por eso en cada disco hay alguna canción que refleja alguna situación propia de Venezuela.
«Mi esposa y yo veíamos un concierto de The Cure esta mañana y el propio Robert Smith decía que del punk-rock queda muy poca cosa porque la contemporaneidad los ha comido. Sin embargo, creemos que el rock and roll debe sonar al país en el que se hizo», considera el cantante con respecto tanto a la música como a la letra. «Si no lo hemos conseguido todavía en el sonido rock and roll hecho en Venezuela, nos gustaría que se entendiera por lo que se está cantando que pertenece al país», detalla.
En El segundo resalta «Tuami nome asusta», sobre engaño político, matraqueo policial y burocracia ineficiente. No todas las canciones tienen ese corte. También hay cabida para el amor, pero en el Metro de Caracas, como se canta en «Seis estaciones».
«Aunque no todas las canciones hablen de eso, que por lo menos una hable del país en el que estás parado. Tratamos de mantenernos en esa línea, creemos que es necesario», dice.
Ópera tropifolk
Melancólicos Anónimos tiene entre sus planes el tercer disco, del que tienen cinco o seis temas preproducidos, según el cantante, Daniel Esparza. «Nos gustaría tomarnos un poco más de tiempo con ese disco para tocar. Queremos calle, viaje y carretera. También queremos pensarlo mejor porque hay la posibilidad de que sea una ópera tropifolk, una especie de ópera rock criolla, ambientada en Venezuela. Es una quimera que tenemos colgando», afirma. Pero aclara que no es una decisión tomada.
Texto publicado en el diario Primera Hora el 3 de enero de 2013
Foto de María Gabriela Lara