«Cuando quiero llorar no lloro»
es el reflejo de lo que es Venezuela»
[ La adaptación al teatro de la novela de Miguel Otero Silva se presentará hoy, mañana y el sábado en el teatro Chacao ]
Cuando quiero llorar no lloro es una obra que, a pesar de haber sido publicada en 1970, aún es pertinente porque su trama es una proyección del país, dijo el director de teatro José Domínguez-Bueno.
«Es el reflejo de lo que es Venezuela, de lo que pensaba Miguel Otero Silva. Nuestro país es un muchacho, que lo dejan nacer, lo crían, pero no lo dejan cumplir la mayoría de edad. Cuando la cumple, lo linchan, lo matan, lo aniquilan y vuelve a nacer», afirmó el autor de la versión para teatro de la novela del escritor venezolano, que se presenta hoy, mañana y el sábado a las 8:00 pm en el teatro Chacao en un montaje de Rajatabla.
Es una historia de tres jóvenes llamados Victorino, nacidos el 8 de noviembre de 1948, pocos días antes del derrocamiento de Rómulo Gallegos y del inicio de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. Viven en condiciones sociales diferentes. El de clase baja cae preso por asesinato, pero escapa; el de clase media termina en la lucha armada, y el de clase alta es un patotero. Son realidades distantes con un destino común: una muerte trágica.
No era el momento
Domínguez-Bueno estrenó su versión de la novela en 2009, en la sala Anna Julia Rojas del Ateneo de Caracas.
Carlos Giménez, fallecido en 1993, adaptó varias obras del escritor venezolano, como Fiebre, Casas muertas y Oficina N°1, pero nunca quiso hacer Cuando quiero llorar no lloro. Consideraba que no era el momento.
«Una vez me dijo: `A esta obra le faltan 10 ó 15 años’», recuerda Domínguez-Bueno de una conversación que tuvo con Giménez en los años ochenta en Nueva York.
El director piensa que era una época en la que había cierta frivolidad en la estética y en la ideología, en la que caía el Muro de Berlín y algunas ideas parecían quedar sepultadas. «Entonces esta obra, tan política, dibujada bajo el perfil socialista, podía ser extraña. En ese momento estaba pasada de moda», dijo, y agregó que la obra tiene una tesis, antítesis y síntesis en la trama.