José Ovejero: Mi novela
es sobre la imaginación y su fuerza para inventarnos la realidad
[El escritor español ganó el premio Alfaguara por La invención del amor]
José Ovejero está de gira por Latinoamérica. Esta semana fue el turno de Venezuela, para promocionar La invención del amor, la obra por la que ganó el Premio Alfaguara de Novela 2013.
El autor la califica de disparatada. El protagonista, un hombre llamado Samuel, se inventa una historia con Clara, una mujer que falleció en un accidente. Es una trama a la que llega por error cuando recibe una llamada telefónica de una persona que lo confunde con el verdadero amante de ella.
«Es sobre la imaginación y su fuerza para inventarnos la realidad, pero también para reinventarnos a nosotros mismos y hacer aquello que necesitamos», dice.
Ovejero advierte que, cuando se utiliza la imaginación como evasión, se puede caer en la falsificación.
«Como en esas novelas románticas, en las que hay un amor que nadie ha conocido, imposible, eterno, maravilloso. Falsifican la realidad porque nos llevan a un lugar que no tiene que ver con nosotros, a unas fantasías que nunca vamos a cumplir, que son inútiles. La imaginación creativa es generar esos mundos paralelos, que no existen pero que te ponen en contacto contigo, con tus necesidades, deseos, frustraciones, miedos», agrega.
Los personajes viven en la España actual, en plena crisis económica.El autor afirma que es una situación que existe en toda Europa: «La incapacidad de imaginar algo mejor».Considera que se dejó de creer en el continente, incluso en la democracia, y hay conformidad.
«Se cree que nada puede ser mejor. Eso es deprimente para un individuo, para una pareja, para un país», detalla. Por eso resalta el comportamiento del protagonista, que se atreve a dar un salto al vacío con la historia que inventa.
Creer lo inverosímil
La novela tiene momentos de tensión cuando Samuel empieza a relacionarse con la hermana de Clara. Las conversaciones sobre ella empezaron a ser un reto a su inventiva para hacer creíble que habían convivido.
Ovejero dice que fue complicado escribirlo, pues lo inverosímil se acepta en la realidad y no en la ficción, en la que se desconfía de lo casual. «Una de las maneras de enfrentarse a ese reto es llevarlo más lejos y convertirlo en algo absurdo, tan absurdo que sólo puede ser real», explica el también ganador del premio Anagrama de Ensayo 2012 por La ética de la crueldad.
En los países que ha visitado ha visitado librerías para comprar libros de autores jóvenes. Para el lunes en la tarde no había tenido la oportunidad de ir a una en Venezuela, pero sí tiene una lista de autores que le han recomendado. En el papel que guarda en el bolsillo tiene anotados los nombres de Rodrigo Blanco, Gabriel Payares y Liliana Lara.