Con Marburg quieren que el público encuentre al personaje que lo caracteriza

-[ La obra se presenta hasta el 27 de octubre. Cuenta cuatro historias ocurridas en lugares diferentes del mismo nombre, sobre el miedo y la duda del ser humano ]



Quedan dos días para que terminen las presentaciones de Marburg, del catalán Guillem Clua, en la Asociación Cultural Humboldt de San Bernardino.
Una pieza, dirigida por Juan José Martín, que ahonda en el miedo del ser humano a la muerte, a la traición, la duda que surge ante lo que se considera certero, los conflictos sociales, familiares y religiosos.
La trama se inspira en un hecho real, la aparición del llamado virus de Marburg ­causante de una fiebre hemorrágica potencialmente mortal- en una ciudad alemana de ese nombre durante los años sesenta.
En la pieza hay cuatro historias que se desarrollan en distintas partes del mundo, todas con el nombre de esa ciudad.
De lo que ocurre en Alemania se pasa al año 1981, cuando atentan contra Ronald Reagan en Estados Unidos, y en una zona de Pensilvania un matrimonio sufre la desaparición de su hijo. En Suráfrica, la última noche de 1999, ocurre un milagro que hace dudar a un sacerdote, mientras en Australia dos hombres experimentan un hecho que les cambia la vida. Cada historia tiene escenarios distintos que, a pesar del contexto respectivo, interactúan mientras se desarrolla.
Para Newman Vera, integrante del elenco y uno de los productores del montaje, la obra es un espejo. «El texto es maravilloso porque encierra todas las dualidades, problemas sociales, crueldades humanas, el amor con dolor, el dolor con amor. Todo eso forma parte de nosotros y como que lo olvidamos», afirma sobre Marburg, tercera obra llevada a cabo por el Grupo Actoral Dream-On.
Caracas es la segunda ciudad en la que se realiza el montaje de Clua, que se estrenó en 2010 en el Teatro Nacional de Cataluña. En enero se hizo una lectura dramatizada en el Repertorio Español de Manhattan.

Público cautivo 
El actor Elio Pietrini considera que en el país hay que enseñar al público a ver teatro. «Tiene un público cautivo», dice. Piensa además que es necesario hacerlo accesible a todos. «En Venezuela ensayas tres meses una obra para estar un mes en cartelera», acota. «¿Tú crees que es lógico eso?», reflexiona.
Califica como admirable que un grupo de jóvenes como los que conforman Dream-On quieran llevar piezas como la del español al espectador venezolano. «Lo que solicitamos los actores que tenemos ya ciertos años es que el pueblo apoye a esta juventud que quiere culturizar a la gente. Es un tremendo sacrificio para una productora nueva montarse a hacer un espectáculo sin subsidios», afirma.
Pietrini asevera que la gente ha salido agradecida con lo que ve en la pieza. «No ve estrellas, ve actores montados sobre un escenario», explica quien interpreta al sacerdote que duda de su fe en Marburg.
«Ven a ver la obra y dime cuál es tu personaje ¿Quién eres tú? Fíjate que hasta el cura, que duda de la religión, de los milagros, representa al ser humano que, a través de los años, duda de todo lo anterior, de todas sus creencias», recalca Pietrini sobre el fondo del texto.
Las presentaciones son hasta el 27 de octubre, los sábados y domingos a las 4:00 pm. La Asociación Cultural Humboldt queda en la avenida Juan Germán Roscio con George Washington, a una cuadra del Hotel Ávila. Las entradas cuestan 150 bolívares.

Nota de Humberto Sánchez Amaya @HumbertoSanchez publicada el 18 de octubre en el diario Primera Hora. Fotos de Nicola Rocco.

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