Por: Elia Moreno (@Elivanne)
Coldplay es una banda melancólica. La mayoría de las letras de sus canciones contienen un tono intimista, de más introspección. Pero también es una banda experimental, y con “A head full of Dreams”, lo han demostrado.
Alejado del tono meditabundo que los caracteriza, este álbum parece una oda a lo bohemio, al mundo hippie, con canciones inspiradoras y motivacionales. Son canciones que llaman más a la buena vibra, una especie de audiolibro de crecimiento personal realizado por los británicos, que celebran la paz y la felicidad alrededor del mundo.
Esto lejos de ser un error, parece más un acierto agradable a los oídos, con un sonido más dinámico, con canciones listas para ser tocadas en vivo. Si estuviéramos hablando de una paleta de color, “A Head Full Of Dreams”, estaría más cerca de los colores cálidos y vivos que sus anteriores trabajos.
Durante las 11 canciones que componen el álbum, flirtean un poco con el rythm & blues y el pop electrónico. Sin embargo, no faltan las baladas en donde el piano es el principal protagonista, como “Everglow”, que rescata un poco de su vieja esencia. Aunque a muchos les parece el mayor desliz del álbum, es uno homenaje a lo que los hizo famoso: La melancolía.
Sin perder el Leiv motiv del álbum, esta canción habla de cómo una pareja sigue siendo amiga, a pesar de la ruptura. Un tema, un poco autobiográfico de Martin, en el que escuchamos (apenas, pero sí está) a su ex mujer Gwyneth Paltrow.
“Adventure of Lifetime” es, quizás, la mejor canción de “A head full of dream”, pues en esencia, representa el alma del álbum. Desde el sonido, lleno de toques electrónicos, hasta la letra (“Tú me haces sentir vivo otra vez”) reflejan toda la buena vibra que Coldplay quisó plasmar en su nuevo trabajo. Es, quizás, la mejor canción de la banda en años.
En «Kaleidoscope», fueron un poco más allá. Es un interludio en donde no sólo incluyeron al poeta Coleman Barks recitando el poema “La Casa de Invitados” del sufí Rumi, sino que, de fondo, aparece el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, entonado Amazing Grace.
Quizás, lo único criticable del álbum, es el poco provecho que le sacaron a ciertos duetos. Como el de Beyonce, por ejemplo, en «Hymm for The Weekend», en donde Queen B, no hace más que pequeños coros (Lo que en televisión sería un Cameo) o Tove Lo, la estrella pop sueca, que en “Fun” casi ni se nota.
Este álbum podría ser lo último que escuchemos de Coldplay en un buen tiempo. Martin, lo ha definido como el último libro de una saga. “No significa que no vaya a haber otra cosa algún día, pero esto es la terminación de algo”, aseguró. Es una buena forma de despedirse, cantándole a la buena vibra. Esta quizás sea la obra más inspiradora de los británicos.