La banda anzoatiguense estrena su quinto álbum homónino; una mezcla algo vintage que trae de vuelta los 80 pero con el sonido del presente. Además, comenzará una nueva gira nacional que los devolverá al escenario luego de dos años de ausencia
Por : Elia Vanessa Moreno (@Elivanne) | Fotos: Tomates Fritos.Net
Puerto La Cruz sabe a mar, a sol y arena. Es playa y es Caribe y también es la ciudad que vio nacer a una de las bandas más emblemáticas de la movida rock venezolana: Tomates Fritos.
Comenzaron en la tumultuosa década de los 90. En una época en donde los adolescentes querían ser como Axl Roses , ellos decidieron romper el molde con un estilo más cercano al folk.
Ya tienen 20 años de trayectoria y hay mucho camino recorrido. Luego de darles la bienvenida a sus fans a el prestigioso y exitoso “Hotel Miramar”, esta vez regresan con su quinto álbum de estudio “Tomates Fritos”, un disco que para ellos solo significan una cosa: raíces.
Cuando se escucha por primera vez temas como “Multicolor”, “Me veo Sin Ti” o “Sven” se puede regresar en el tiempo, a la década de los 80, la época de las hombreras y los cassettes. Se puede llegar a pensar que es un disco vintage, pero puedo que el público esté equivocado.
“Mucha de la música que escuchamos mientras hacíamos este disco tiene raíces en los años 80. Sí creemos que es una mezcla entre eso y lo que escuchamos actualmente, pero no es del todo Vintage”, explica Reynaldo Goitía, o como lo conocen en los bajos fondos, “Boston Rex”.
Grabar el disco fue un proceso largo y compartimentado. Comenzaron en Remoto Estudios, en Caracas y terminaron en Altos Studios en Puerto La Cruz. El disco pasó a Colombia donde fue editado, mezclado en México y masterizado en Estados Unidos.
“Hicimos el disco en varias partes: lotes de 4 o 5 temas, en periodos de 2 meses. Luego, abandonábamos todo y volvíamos al estudio en 6 meses. Así, hasta completar 14 temas aproximadamente, de los que decidimos imprimir en Caracas, lejos de la ciudad de nuestra ciudad”, aseguró Boston.
Se puede contar la historia de este disco en secuelas y hay anécdotas por montones. “En Remoto Estudios estuvimos 10 días, incluso dormíamos y cocinábamos ahí”.
Una baja importante
Fue en el año 1998 cuando Tomates Fritos se presentó por primera vez en el Festival Nuevas Bandas. En esa oportunidad, tocaron junto a bandas como Wahala. Aunque no ganaron, fueron elegidos para el cartel del místico y recordado ciclo de conciertos «Miércoles Insólitos» realizados en el majestoso teatro nacional de Venezuela.
Casi 20 años después, la noticia de que el Festival Nuevas Bandas no pudo ser realizado debido a la crisis (que inevitablemente también alcanzó a la música) representa una baja importante y una tarima menos para los nuevos talentos.
“El festival impulsa, a su manera, a artistas con pequeñas posibilidades dentro del mercado cruel casi inexistente. Esperemos que esto no desanime a los artistas, y se terminen de materializar dichos proyectos”, comenta Boston.
¿Radicarse fuera del país? Para Tomates está no es una opción que deba descartarse y 2017 pudiera ser el año. “Quisiéramos tocar afuera, no es fácil radicarse en otro país. En nuestros planes está salir el próximo 2017”.
La experiencia llevada a la música
El rock venezolano ha visto nacer a muchas bandas. Pero pocas han tenido la suerte de tener dos décadas trabajando y seguir sumando fanáticos a sus filas.
El trabajo de Tomates Fritos se base en traducir en música todo lo que han visto, sentido y oído, mientras siguen en constante movimiento sin poder parar nunca.
“Somos seres humanos que, a través de estos 20 años, hemos experimentado nuevas experiencias, nuevos retos. Todo esto lo traducimos en nuestro arte, es imposible quedarnos en el mismo lugar. Somos tercos e incansables. No sabemos a ciencia cierta si a eso se le llama evolución, pero es lo que ha pasado en la banda”
Sus nuevos planes así lo demuestran. El próximo mes de octubre comenzarán una gira nacional que los llevará por ciudades como su querida Puerto La Cruz, Mérida, Caracas y Valencia, luego de dos años alejados de los escenarios nacionales.
La música continuamente evoluciona. El sonido de hace dos décadas difícilmente puede compararse con el sonido de ahora. Ellos son el ejemplo perfecto de esta premisa, los incansables y tercos que se han convertido en un referente de la buena música que se hace en el oriente del país.