Texto de Humberto Sánchez Amaya (@HumbertoSanchez) publicado previamente en El Nacional
Falta poco para el mediodía del domingo. En la casa de José Ignacio Cabrujas e Isabel Palacios hay una cita, pero que nada tiene que ver con la obra de ambos. Más bien se trata de proyectos de las generaciones siguientes.
En una de las habitaciones hay una sala de ensayo. Las guitarras, bajo y batería denotan que hay otro músico en la casa, además de Palacios. Se trata de Diego Cabrujas, baterista de Ater Vitae, la banda de rock progresivo que hace dos semanas se presentó en Teatrex, El Bosque.
En ese escenario interpretaron todos los temas de lo que será su primer disco, llamado Qualia, que está grabado, pero al que todavía le faltan los procesos de mezcla y masterización.
Cabrujas es uno de los miembros fundadores de la agrupación junto con el tecladista Anthony Febres, quien en el año 2007 escribió en un foro de Myspace que buscaba personas para formar una banda de rock progresivo. Así comenzaron los ensayos de un conjunto que actualmente también está integrado por el bajista Ysmael Rodriguez y losguitarristas Leonardo Limonghi –que se encuentra temporalmente en República Dominicana– y Julio Sanchez. El nombre, explica el baterista, se refiere a contraste, ambivalencia.
Sí, diez años es suficiente para ya haber editado una ópera prima, pero Cabrujas explica la razón. “Al principio, lo único que nos interesaba era versionar temas de nuestras agrupaciones favoritas, como Dream Theater. No pensábamos hacer música original, mucho menos grabar un álbum. Pero paulatinamente nos dimos cuenta de que no era tan fácil interpretar la música de esos artistas, que hay que tener ciertas cualidades. También nos percatamos de que al improvisar, surgían muchas ideas que nos empezaron a gustar. De esa forma, se fueron armando los temas”, dice el baterista, de 29 años de edad, sobre composiciones como “Qualia” y “Resignation”, esta última con un compás similar al del merengue tradicional venezolano, e inspirado en el contexto social presente.
Todos componen. No hay ninguno que quede por fuera del proceso creativo. Cabrujas cuenta que sus compañeros llegaron al rock progresivo en buena parte por sus padres. En su caso no tanto, primero porque su padre, José Ignacio Cabrujas, falleció cuando él estaba muy pequeño y segundo por la carrera de su madre, Isabel Palacios, se ha concentrado en la música académica. “Sin embargo, muchos se sorprenderían si les digo que conocí a LosBeatles gracias a ella. Me los inculcó. No es tan ajena al rock. Incluso, hubo una época en la que escuchaba a Metallica conmigo. Ella analiza los géneros que no hace y encuentra similitudes. Por ejemplo, dice que hay parecidos entre el rock y la música medieval. Con mi hermano, Gonzalo Grau, es diferente. Él es salsero y está más metido en la música cubana. Es otra cosa”.
Su mamá tampoco ha estado distante al proceso creativo de los integrantes de Ater Vitae. “Cuando escuchó lo que grabamos para este disco, nos dijo que estaba muy bien, pero que necesitamos hacer temas más cortos. En esta ocasión compusimos piezas que superan los cinco minutos. Ella nos recomendó que debemos hacerlos más sencillos, que menos es más. De esa forma, se pueden apreciar mejor la complejidad y los contrastes. A ella siempre he recurrido cuando quiero madurar una idea”, cuenta el baterista.
Ciclo de rock progresivo
La presentación de de Ater Vitae fue el comienzo de un ciclo que se realizará en Teatrex dedicado exclusivamente al rock progresivo. El 30 de marzo será el turno de Alter Orbis y Séptima Carta. El 6 de abril tocará Rafael Sequera Prog Project y, finalmente, el 20 de ese mes se concretará el regreso de Sonda A Barnard.
“En Venezuela hay público para el rock progresivo. He visto como se llenan los conciertos de las bandas más importantes que han visitado el país. Sin embargo, no se conoce mucho sobre las agrupaciones que existen acá”, afirma Diego Cabrujas, baterista de Ater Vitae.